SADHANA TÁNTRICO LA DISCIPLINA DEL AMOR

El primer paso para salir de la negatividad es LA DISCIPLINA. Con la disciplina se desarrollará la mente superior con la cual se empezarán a captar los primeros rayos de luz provenientes de los planos superiores de consciencia. A esto (el recibir la luz a través de la mente superior) se le llama “meditación”.
Todo, absolutamente todo lo que existe en vertical, existe también y en horizontal. El equivalente horizontal de la meditación sería TOMAR EL SOL. La meditación es tomar el Sol espiritual. En la meditación la persona es la parte pasiva, la parte femenina, que recibe la luz del Sol (de los planos superiores de consciencia) que es la parte activa, masculina. Meditar es posible solamente con la parte superior de la mente, el triángulo blanco, desarrollado y activado. El nivel mental es el primer nivel en el que surge la positividad, pero no por ello deja de existir la negatividad. El triángulo negro sigue estando ahí. La mente es el aspecto masculino de la pareja astral-mental, pero el cuerpo mental en sí está compuesto de su parte masculina y su parte femenina: su triángulo negro y su triangulo blanco. Curiosamente, a nivel mental la parte masculina es NEGRA y la parte femenina BLANCA.
El triángulo negro es masculino y el blanco femenino

De ahí que se considere comúnmente que las cualidades masculinas son la lucha, la ira, la agresividad etc. y las cualidades femeninas la ternura, la bondad, el pacifismo… Este convencimiento viene del nivel mental. En la mente (a nivel mental) es así: lo masculino es lo negativo y agresivo y lo femenino lo positivo y bondadoso. Ya explicamos que lo femenino es lo pasivo y lo masculino activo. Lo masculino es lo que guía y lo femenino lo que se deja guiar. Lo masculino es lo que da y lo femenino lo que recibe. Cada vez que YO tengo la sensación de estar haciendo algo, soy YO la que está manipulando cierta cosa, eso significa que he activado el aspecto masculino de mi ser. Cada vez que digo: “Yo no sé nada de esto, dejaré que alguien me enseñe o me guié o directamente lo haga por mí”, estoy activando el lado femenino de mi ser. Por lo tanto, el “YO SOY (existo)” es femenino y el “YO HAGO” es masculino.
Cuando una persona todavía tiene su sentido del “yo” en el cuerpo astral que está movido por la parte inferior de la mente, el sentimiento del “YO HAGO”, el aspecto masculino, está en la parte inferior de la mente, en el triángulo negro. O sea el aspecto masculino está en la negatividad, es negro. En una persona que no tiene desarrollada la parte superior de la mente, el sentimiento de “YO SOY (existo)”, igual que el “YO HAGO” está, casi permanentemente, en la parte inferior de la mente. Todas las informaciones que esa persona recibe son negativas. En una persona así, los rayos de luz solar espiritual, no le llegan casi nunca. Esa persona vive en una oscuridad y una agonía permanente. Según se vaya desarrollando la parte superior de la mente mediante la disciplina, la persona, al principio raramente, pero con el tiempo cada vez con más frecuencia, conseguirá, en momentos de descanso, desconectar el aspecto masculino, el “yo hago” y espontáneamente y sin saber cómo, subir a la parte superior de la mente y experimentar la luz espiritual. Estas experiencias al principio,aparte de ser algo que uno no puede controlar, serán experiencias vagas y de poca intensidad. Pero según se vaya desarrollando la parte superior de la mente, la persona conseguirá cada vez con más frecuencia subir a la azotea mental y allí tomar el Sol espiritual cada vez con más intensidad. Cuando la parte superior de la mente esté muy desarrollada, la persona podrá intencionada y conscientemente “subir a la azotea” y tomar el Sol espiritual siempre que quiera. Ese “tomar el Sol espiritual” en realidad significa “COMUNICARSE CON DIOS”.

Los dos triángulos de la Estrella de David simbolizan los dos hemisferios cerebrales. En el hemisferio izquierdo que nos sirve para controlar la parte derecha del cuerpo está instalado nuestro aspecto masculino, el “yo hago” y en el hemisferio derecho, que controla la parte izquierda del cuerpo, está instalado nuestro aspecto femenino, el “yo soy”. Si uno no ha despertado en el plano búdico, es imposible que los dos triángulos de la Estrella de David sean blancos (positivos). Solamente en una persona que haya despertado en el plano búdico, los dos aspectos de la mente, el femenino y el masculino, pueden ser positivos y blancos. De otra manera, el aspecto masculino siempre será negro, aunque sea mínimamente. La intensidad y la cantidad de la negatividad irán disminuyendo con la luz que vaya penetrando la mente en los momentos de pasividad, de “meditación”, pero hasta que no suceda el Gran Orgasmo Cósmico dentro de la persona, la negatividad siempre estará ahí.
Si no se tiene desarrollada la parte superior de la mente, es preferible no “meditar”, porque en tal caso la meditación puede traer más daños que beneficios. Ha habido casos en los que una persona que todavía no tiene la fuerza mental suficiente como para poder activar la parte superior de la mente, se apunta a clases de meditación o yoga y ¡lo pasa fatal en esas clases! Lo pasa fatal porque al desactivar el “yo hago” que es con lo que la gente en la negatividad se defiende de las fuerzas oscuras (es la única defensa que tienen), no tienen capacidad de alzar el “yo soy” al nivel superior de la mente, por lo tanto el “yo soy” se queda en el triángulo negro, en la parte inferior, a merced de los “dioses negativos” que aprovechan la ocasión para atacar con todas sus fuerzas ya que no encuentran ni la más mínima resistencia porque el “yo hago” (el defensor) está desconectado. La meditación no es para todo el mundo. Cuando se dice que la “meditación” es muy buena, hay que matizar: es muy buena para los que tienen la mente superior desarrollada, para los demás es perjudicial. Si la meditación no es extremadamente, indescriptiblemente placentera, no es meditación. Si la meditación no es fructífera en lo que se refiere a la adquisición de nuevos conocimientos, entendimientos e ideas, no es meditación. Para que se pueda practicar la meditación primero hay que desarrollar la mente a base de disciplina con amor .
PRIMERO DISCIPLINA Y LUEGO MEDITACIÓN. Primero a trabajar, a sufrir aprendiendo a crear construcciones mentales estables (la disciplina) y luego a disfrutar tomando el Sol espiritual (meditación).