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TANTRA LA CIENCIA DE LA CONSCIENCIA ( TANTRA YOGA SEXUA

Tantra un Camino de Transformación y Evolución

La rama del Yoga que hace uso de la Manifestación para alcanzar la iluminación espiritual, pues considera a la Materia (el principio universal femenino) y al Espíritu (el principio universal masculino) como las dos caras de la misma moneda, es conocida como Tantra. Así, por ejemplo, el cuerpo, la energía y el placer, que en la mayoría de tradiciones espirituales son considerados indeseables, en Tantra son valorados como sagrados. Entre muchas de las variadas técnicas que utilizan, la práctica sexual tántrica apunta a la unión de la Materia con el Espíritu, a través de la unión de la energía femenina y masculina, en la pareja, y a la vez dentro de uno mismo . Lo que ocurre a través de la práctica es un proceso de transmutación de energías en el que la Materia se transforma en Espíritu. Por ello, el sexo, practicado según los principios tántricos, se considera una práctica espiritual. Para al tradición tántrica, la mujer y el hombre son manifestaciones de la pareja divina. La mujer, como representante de Shakti, el principio universal femenino, es un vórtice de energía, de emociones, de cambios, altibajos, de enorme poder generativo. Su carácter de energía y dinamismo la lleva a la constante búsqueda de entrar en relación con otros, con su mundo. Está, por lo tanto, permanentemente en búsqueda de amor. El hombre, espejo de Shiva, principio universal masculino, se caracteriza por su consciencia presente, su direccionalidad, asertividad, su constante compromiso con una serie de tareas a resolver, que finalmente apuntan a la búsqueda de libertad. El punto de unión de ambos se da a nivel del corazón. En el sexo tántrico la conexión de ambas polaridades se da en distintos niveles. En un primer nivel, Shiva y Shakti conectan sus energías opuestas, la energía femenina y masculina, y ya la misma conexión de esta energía es la unión de los polos opuestos divinos. Es la recreación de la unión de la Materia y el Espíritu. Y es tal vez por ello que uno siempre anda en la búsqueda de esa energía sexual que nos polariza, ya sea a través de una relación de pareja o a través de relaciones cotidianas con personas de energía sexual complementaria.


Una persona con mayor energía sexual femenina siempre buscará y sentirá cierto nivel de tensión normal con una persona de energía sexual masculina, y viceversa. Como parte de la tradición tántrica, el sexo tántrico es también un ritual. Al inicio, la mujer y el hombre se sumergen en un estado meditativo, sentados uno frente al otro, tomados de las manos, conectando sus energías. Es un momento de compenetración, de amor y de presencia; en el que cada uno intenta ver a la otra persona como la encarnación de Shakti o de Shiva, según sea el caso. La mujer deja de ser simplemente una mujer para ser vista por su pareja como la misma Shakti, principio femenino universal, todopoderosa. El hombre es visto por ella como Shiva, principio masculino último, la Consciencia misma. A partir de este momento son Shiva y Shakti interactuando, representando místicamente el juego de unión de los opuestos que da lugar al Todo. A este ritual se le llama transfiguración. De este modo, Shiva y Shakti se convierten en los eternos amantes, con infinita atracción por el otro, ya que encarnan a los polos opuestos.

La unión mística

Pero la práctica ocurre en paralelo también a un nivel interno. Tengamos en cuenta que la visión tántrica del mundo es la de un universo holográfico. La realidad existe, igual, la misma, en distintos niveles. Así, por ejemplo, si Shiva y Shakti son los dos grandes principios universales, y a un nivel inferior los encontramos en la mujer y el hombre, a un nivel incluso menor los encontramos en el cuerpo de cada uno. Kundalini-shakti (también conocida solo como Kundalini) es una energía psicoespiritual de alta intensidad que se manifiesta como energía sexual y se encuentra normalmente “dormida” en muladhara, zona sacra o sagrada en nuestro primer chakra, en la base de la columna. Kundalini es la manifestación de Shakti en nuestro cuerpo, pero todo ese inmenso poder se encuentra en la mayoría de nosotros únicamente de forma potencial, ya que no lo hemos despertado (que es a lo que se apunta con las prácticas de yoga). En el polo opuesto, en sahasrara, el último chakra, que se encuentra por encima de nuestra cabeza (todo esto en el cuerpo energético), tenemos a Shiva, o la Consciencia pura. Mientras que podemos decir que Kundalini se encuentra individualizada en cada uno de nosotros, Shiva, al ser la contraparte de puro Espíritu, no se encuentra individualizado, ya que solo la materia tiene límites y puede ser por lo tanto “individualizada”.


Lo que se encuentra en el chakra sahasrara es por el contrario al Espíritu mismo, que es el mismo que se encuentra en todo lo demás. Una vez que hemos comprendido esto podemos entender la faceta más esotérica de la práctica sexual tántrica. Mientras que exteriormente la mujer y el hombre encarnan a Shakti y a Shiva respectivamente, internamente cada uno apunta a unir a Shiva y a Shakti dentro de su propio cuerpo. En Yoga se conoce a esta unión como Iluminación espiritual o samadhi. Lo esencial de la práctica sexual tántrica, es por lo tanto, la unión mística de los dos grandes principios en el interior de cada uno. Es por esto que al sexo tántrico se le considera una práctica esencialmente distinta a la del sexo común.

El rol del hombre, la práctica de Shiva


Hablemos primero del hombre, en quien la diferencia es mucho más evidente. En el sexo común, de una u otra manera, el hombre apunta a la descarga de la energía sexual a través del orgasmo y por lo tanto de la eyaculación. Diversas tradiciones, entre ellas el Yoga, la medicina ayurvédica y el Taoísmo, nos hablan de una contraparte sutil o espiritual de la eyaculación, aquello inmanifiesto, donde se encuentra concentrada una cantidad preciosa de energía vital. Se trata de una esencia conocida como “ojas” (“jing” en el Taoísmo). Con cada eyaculación, la energía vital se pierde, se gasta, se va del cuerpo para no volver. Básicamente, uno viene al mundo con una cantidad predefinida de ojas, y al expulsarlas no hay vuelta atrás. El problema es principalmente que necesitamos de nuestra energía vital, nuestra Shakti, para llegar al espíritu, o Shiva. Cada vez que perdemos ojas, estamos perdiendo la energía que podría ser utilizada y transmutada a energía espiritual. Es por ello, según la explicación yóguica, que al hombre le sobreviene gran cansancio, pesadez o incluso sueño luego de eyacular. En el sexo tántrico, principalmente, el hombre evita descargar la energía sexual y por lo tanto perder ojas. ¿Pero entonces el sexo tántrico elimina el orgasmo de su práctica? No. La práctica tántrica únicamente elimina la eyaculación, pero no el orgasmo. Por increíble que parezca, el orgasmo y la eyaculación son acciones que se encuentran normalmente conectadas, pero que pueden ser desconectadas. A través de la práctica continua en la que el hombre se detiene justo antes de la eyaculación (existen además recomendaciones específicas), eventualmente la conexión desaparece y el orgasmo múltiple o cósmico ocurre pero no la eyaculación. En otras palabras, cuando la energía sexual llega al tope, en lugar de ser expulsada, se mantiene en el cuerpo, y en lugar de “explosionar”, “implosiona”, y esta energía es sublimada (enviada a centros energéticos superiores) como energía espiritual cósmica.

El papel de la mujer, el juego de Shakti

En las mujeres el proceso es parecido, aunque menos evidente. Los orgasmos en las mujeres normalmente son orgasmos explosivos, luego de los cuales normalmente se pierde algo de intensidad en la intención, y puede al igual que en el hombre, sobrevenir algo de cansancio. Incluso cuando esto no ocurre y la intensidad sigue a un nivel parecido, normalmente sí ocurre cierto grado de “explosividad”. El objetivo es lograr orgasmos “implosivos”, en los que la energía no se expulse sino que se mantenga en el cuerpo, para ser también sublimada hacia centros energéticos más altos. El tema es extenso, pero básicamente, mientras más interno sea el orgasmo, más implosivo será. Es decir, los orgasmos a los que se llega a través del clítoris o la entrada de la vagina o Yoni serán los más explosivos, mientras a los que se puede llegar a través de la vagina, el cuello uterino o el punto G, serán los más implosivos.



La gran mayoría de tradiciones espiritual o religiones permiten la sexualidad únicamente dentro de un marco restrictivo. Es probable que a la base de las prohibiciones haya habido un real conocimiento de la pérdida del potencial de la energía vital y sus repercusiones en el ámbito espiritual, ya que recordemos que India ha sido la cuna de las civilizaciones, pero que luego la razón se haya perdido con los años, a favor de explicaciones que pudieran llegar fácilmente al pueblo. En India misma, cualquier tradición fuera del Tantra restringe también la práctica sexual con el motivo de no desperdiciar esta energía (práctica conocida como Brahmacharya). Sin embargo, el Tantra le dio la vuelta al asunto.


El Tantra propone una alternativa y no se limita a no desperdiciar la energía sexual, sino que la aprovecha para convertirla en energía espiritual. La sublimación de la energía sexual, tanto en el caso del hombre como de la mujer, es la elevación de Shakti hacia Shiva. La energía, tanto literal como figurativamente, se eleva, desde nuestros chakras inferiores hasta los chakras superiores, y desde la materia, hasta el Espíritu. Es esta unión mística la que lleva a la expansión de la consciencia, a modos extraordinarios de comprender el mundo, a la percepción de la Realidad no desde “abajo”, donde normalmente estamos, sino desde “arriba” y “abajo” al mismo tiempo.


Cualquier persona ocupada en acciones virtuosas, no descenderá al infierno ni sera desdichada. Si somos sinceros y no queremos engañarnos, nadie nos podrá engañar. Debemos de ser fieles a nuestra clara conciencia espiritual. Debemos ser autenticos y entonces, La Divinidad desde nuestro interior vendrá en nuestra ayuda. Ella siempre ayuda a las almas sinceras. Ella es la madre Auxiliadora y esta en cualquier parte.

na hi kalyana krt kascid, durgatim tata gacchati

“Deseo el bien máximo, y de la misma manera, el Bien Máximo vendrá correspondientemente en mi auxilio”

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